martes, 20 de agosto de 2013

Dan'thil: El último linaje de magos - Capítulo 2

CAPÍTULO 2: DONDE BRILLA EL SOL

Drew y Frain estaban congelados por el agua y debían apresurarse a encontrar refugio o la hipotermia acabaría con sus vidas. Con las pocas medicinas y alimentos que habían podido recoger, una enfermedad era un lujo que no se podían permitir.

Muchos de los supervivientes se encontraban en esta misma situación. El leviatán había extinguido la poca esperanza que quedaba en sus corazones y muchos habían perdido la voluntad de vivir.

Tommy y Annie fueron a buscar algún sitio donde refugiarse del frío mientras los demás se quedaban haciendo inventario y preparando las raciones de comida. Estuvieron caminando durante 10 minutos en línea recta pero parecía que no había suerte.

Annie: Esta tierra parece un laberinto de hielo. Mires a donde mires solo se ve nieve y hielo. Y por si fuera poco hace mucho frío y no he traído ropa adecuada. ¿Tu estas bien Tommy? ¿No tienes frío?

Tommy: Estoy bien Annie-chan. Siempre he llevado pantalones cortos y camisetas de manga corta, incluso en los días de nieve así que estoy acostumbrado al frío. Y además t-

Annie: Shh!

Tommy: *En voz muy baja* ¿Qué pasa, Annie-chan?

Annie retiró el seguro de su rifle y señaló hacía al frente. Había un oso polar que estaba intentando capturar algunos peces para comer.

Annie: ¿Ves eso Tommy? Será nuestro guía turístico por estos lares y posteriormente nuestra cena. Esperaremos a que termine de cazar y lo seguiremos a su cueva, una vez allí lo mataremos y avisaremos al resto del grupo para que vengan a refugiarse.

Tommy: ¡Entendido! Preferiría no tener que matar al pobre osito pero es un caso de necesidad. Usaré este veneno y morirá sin dolor.

Annie: Ni se te ocurra, Tommy. Si usas alguno de tus venenos luego no nos lo podremos comer. Lo único que tienes que hacer es seguirlo sigilosamente hasta su cueva. No te preocupes, yo te protegeré. En el momento en que el oso gire la cabeza hacia ti, morirá.

Annie y Tommy iniciaron el plan. Mientras Annie se iba moviendo para tener al oso siempre en su rango de disparo, Tommy seguía silenciosamente al oso polar para encontrar la cueva. Al ser un niño, sus pisadas prácticamente no hacían ningún ruido y el animal no podía darse cuenta de que lo estaban siguiendo.

Annie: Ahí está la cueva. Ahora solo tengo que esperar a que Tommy haga alguna tontería que llame la atención del oso…

Tommy: Oh, así que ahí es donde vive. Supongo que ya no hace falta que siga escondiéndome.  ¡Ositooooooo!

El oso alertado por el grito de Tommy giró la cabeza y Annie disparó una bala que le atravesó limpiamente el cráneo.

Annie: Oh, cielos… puede que sea un químico psicópata pero sigue siendo un niño. Tommy, voy a inspeccionar la cueva para asegurarme de que no hay más osos dentro, quiero que vayas a buscar a los demás. Recuerda, 200 metros hacia la izquierda, 250 metros hacia arriba a la derecha y luego todo recto durante 10 minutos. ¿Crees que podrás hacerlo solo?

Tommy: ¡Por supuesto! Haré que te sientas orgullosa, Annie-chan.

Al cabo de 30 minutos todo el grupo de supervivientes se encontraba en la cueva alrededor de las múltiples hogueras que habían encendido. Tras secar sus ropas y cuerpos, ya no había peligro de sufrir hipotermia así que podían descansar en paz.

Gracias al oso polar, pudieron minimizar el gasto de provisiones aquella noche pero la escasez de comida era un problema latente que desgraciadamente Drew no podía ignorar. Después de la cena, cuando todo el mundo se fue a dormir, Drew convocó a los Phantom a una reunión de emergencia.

Drew: Nos encontramos en el ártico, damas y caballeros. El calentamiento global de los últimos años ha diezmado el 95 % de las criaturas que habitaban en estos lares. O dicho de otra forma, aunque los Draktian no vengan aquí, cosa que tampoco sabemos con certeza, la escasez de comida acabará matándonos. Necesitamos idear un plan antes de que el pánico comience a extenderse entre los supervivientes. Bill, ¿se te ocurre algo?

Bill: Las tierras del ártico son inmensas y es absurdo suponer que el 5 % de los animales restantes se encuentren en esta zona. No podemos quedarnos mucho tiempo en esta cueva, así que propongo empezar a buscar otros lugares de inmediato. Racionando la comida en pequeñas porciones teniendo en cuenta los nutrientes básicos que el cuerpo humano necesita… calculo que podremos aguantar hasta dos semanas. Tenemos hasta entonces para encontrar una nueva fuente de alimento.

Frain: Gracias a ti Bill, hemos conseguido una semana extra de tiempo pero debemos pensar que camino tomaremos de ahora en adelante.

Annie y Tommy acababan de regresar de la segunda exploración de la cueva.

Annie: Esta cueva se extiende kilómetros y kilómetros, antes la he registrado en busca de animales salvajes pero no me adentré tanto. Esta vez he estado caminando con Tommy unos 20 minutos y aun así no hemos llegado al final de la cueva. Ni siquiera hemos encontrado otra salida.

Drew: Es muy extraño que una cueva sea tan grande. Mañana haremos una exploración en profundidad pero hoy creo que nos hemos ganado un buen descanso. Ha sido un día agotador.

A la mañana siguiente los Phantom decidieron explorar la cueva junto al resto de los supervivientes. Equipados con antorchas se adentraron en las profundidades sin saber que encontrarían.

Desde las 8 de la mañana caminaron sin cesar y aquel lugar parecía no tener fin. Lo curioso es que a pesar de la profundidad a la que estaban no tenían dificultades para respirar. Era como si el oxígeno de la cueva fuese inagotable.

Los lugares no cambiaban. Las mismas estacas de hielo, las mismas paredes, los mismos caminos. Parecía como si estuvieran dando vueltas por el mismo sitio una y otra vez. Freya había estado dejando señales en las paredes pero no aparecían cada vez que volvían a pasar por el lugar.

Bill: Esto es extraño, parece como si no avanzáramos… Freya, ¿dónde has ido dejando las marcas?

Freya: En esta pared de aquí he estado haciendo un arañazo con este cuchillo. Mira, incluso la hoja esta desgastada.

Bill: Vuelve a dejar la marca y esta vez, me quedaré aquí y vosotros seguid hacia adelante. Hay algo que me intriga desde hace un rato.

Tras un breve periodo, el grupo volvió a encontrarse con Bill.

Drew: ¿Bill? ¡Lo sabía! ¡Hemos estado dando vueltas en círculos!

Bill: ¿Veis la marca?

Todos: No, la pared está intacta sin ningún rasguño

Bill: Justo lo que pensaba. La marca está ahí, en el mismo lugar donde la hiciste Freya. Pero al parecer vosotros no podéis verla.

Freya: Bill, aquí no hay nada.

Bill: Voy a colocar mi dedo sobre la hendidura de la pared. Aquí está la marca. Freya, acerca tu mano y desliza tu dedo desde la ese punto de la pared hasta dónde está mi dedo.

Cuando Freya llegó al dedo de Bill, pudo comprobar que su dedo estaba por encima de la pared mientras que el de Bill parecía como si estuviera atascado dentro de la misma. Bill retiró el dedo con normalidad y volvió a introducirlo en la grieta. Nuevamente a los ojos de todos parecía como si Bill hubiera atravesado la pared.

Drew: Freya, dale una patada a Bill.

Bill: ¿Q-Qué? ¡Espera! Ughh, en los huevos no…

Drew: Oh, lo siento Bill. Pensaba que estabas en otra dimensión y que el golpe de Freya simplemente te atravesaría.

Bill: ¿Y no podrías haber dejado que lo hiciese Tommy? Ughh, eres cruel Drew…

Cuando Bill se incorporó les explicó a todos su teoría.

Bill: En un primer momento barajé la hipótesis de un agujero dimensional y por ello os pedí que avanzarais sin mí. Sin embargo cuando aparecisteis de nuevo descarté esa posibilidad. En la ciencia ficción, aunque dos personas estén el mismo punto, si no se encuentran en el mismo espacio no pueden encontrarse.

Annie: Pero nosotros estamos aquí y te estamos viendo. Así que no puede ser un problema dimensional.

Bill: Exactamente. Por esa razón he formulado una teoría pero solo es una suposición. Por alguna razón que ignoro esta cueva produce una especie de efecto sensorial que anula nuestros sentidos. O para ser más exactos, los reinicia al primer momento por el que pasamos por aquí.

Drew: ¿Pero cómo? ¿Estás diciendo que la pared tiene las marcas hechas por el cuchillo de Freya pero no las podemos ver?

Bill: No solo no las podemos ver, ni siquiera las podemos tocar. Vista, olfato, oído, gusto e incluso el tacto, todos nuestros sentidos están siendo engañados de alguna manera que aun desconozco.

Tommy: Tengo una idea. Poneros detrás de mí.

Tommy se sacó un frasco del bolsillo y lo lanzó contra la pared haciendo que el hielo se fundiera en segundos. Tras ella lo único que encontraron fue un largo abismo en el suelo y al otro lado otra pared de hielo.

Drew: No hay nada. Pero podría ser otra ilusión. Si no puedo fiarme de mis propios sentidos ya no sé qué creer.

Bill: Estoy de acuerdo contigo. Creo que puede ser otra ilusión. ¿Por qué alguien se molestaría tanto en ocultar las marcas que dejábamos si sólo había un enorme agujero? No… esta cueva esconde algo y pienso averiguar qué es.

Frain: No te precipites, Bill. Tu curiosidad suele ser peligrosa.

Bill estaba absorto en sus pensamientos intentando descubrir de qué iba todo esto. Para confirmar sus sospechas le dijo a Drew que intentara llegar al otro lado del abismo.

Drew tomo prestados los cuchillos de Freya y se pegó a la pared para intentar caminar de puntillas por el borde y no caerse. El hielo estaba muy resbaladizo y la única sujeción que tenía Drew eran los cuchillos clavados en la pared.

Cuando estaba por la mitad, no podía extraer los cuchillos del hielo. Estaban demasiado encajados en el hielo y no podía seguir avanzando. Al final consiguió arrancar uno pero Drew perdió el equilibrio y se precipitó contra el suelo.

Drew: ¡Aaaaaah! ¿Eh? B-Bill… estoy flotando…

Bill: Justo lo que pensaba, este abismo es otra ilusión. Y si mi intuición es correcta esa pared del fondo esconderá algo. ¡Escuchadme todos! haced una fila y avanzar con cuidado. No os paréis en ningún momento y sobretodo no corráis. No me fio de este lugar.

Siguiendo las instrucciones de Bill todos pasaron por encima del falso abismo y llegaron al otro lado. Incluso la pared resultó ser otra ilusión. Lo que no se esperaban era lo que había al otro lado.

Tras ella se encontraron con una luz cegadora muy familiar y cuando bajaron la vista se encontraron con algo que les dejó sin respiración. En aquel remoto lugar había vida… animales, plantas, árboles… parecía un paraíso virgen sin descubrir.

La felicidad que sintieron todos los supervivientes era algo que no se podía describir con palabras. Incluso los Phantom no podían creer lo que tenían ante sus ojos. Aquello no era una ilusión, era totalmente real. Acababan de encontrar un hogar para vivir, un lugar donde brillaba el Sol…

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