PRÓLOGO: EL DÍA QUE LLOVIÓ MUERTE DEL CIELO
"Año 2040. Estamos en combate con los
enemigos que cayeron del cielo hace 3 semanas. El gobierno ha preparado planes
de evacuación para los ciudadanos pero el caos se está extendiendo rápidamente
y no podemos hacer nada para evitarlo.
Estos enemigos, a los que la ONU ha bautizado
como Draktian, son invulnerables a cualquiera de nuestras armas. Incluso los
lanzallamas son incapaces de atravesar su dura armadura de escamas. Solo
podemos retrasarlos el tiempo suficiente para que los ciudadanos puedan
escapar."
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Hoy nos han dado una triste noticia. Muchos de mis hombres han desertado al oírla y los pocos que quedamos no somos suficientes para contenerlos
"La OTAN ha decidido lanzar bombas
nucleares en todas las zonas donde estamos combatiendo. Las probabilidades de
sobrevivir a ese ataque son del 0,000001 %. Me temo que esta va a ser la última
carta que escribiré en este frente de batalla.
Guardaré esta carta y las del resto de mis
hombres en esta urna acorazada. Ella será la encargada de proteger nuestra
última voluntad y será el testimonio de que dimos nuestras vidas por la patria.
No… por el mundo entero y por el bien de toda la humanidad."
Sargento Rin
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A pesar del sacrificio de incontables vidas, el
lanzamiento nuclear solo consiguió dejar cicatrices en la tierra y eliminar a
todos los soldados que contenían a las fuerzas Draktian.
Los Draktian no sufrieron ningún rasguño. Ni
siquiera los gases tóxicos parecían afectar a sus defensas. Este enemigo era el
más poderoso al que la humanidad había tenido que enfrentarse.
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